Muchas personas creen que al sur de Chile hay una isla habitada por extraterrestres. Esta historia lleva circulando por la comunidad ufológica chilena desde la década de 1980, pero a partir de 1998 muchos medios de comunicación comenzaron a divulgarla. La historia se basa en el caso de un OVNI y el contacto permanente con ciertas “entidades angelicales”. Bienvenido a Friendship, la isla de la amistad.
La tarde del sábado 17 de agosto de 1985, Santiago de Chile estuvo marcada por un misterioso suceso. A las 16:00 horas, miles de personas vieron pasar un extraño objeto sobre la ciudad. La conmoción fue tan monumental que la Televisión Nacional de Chile utilizó una cámara especial para seguir el enigmático objeto. Aunque la versión oficial dijo que el OVNI era un globo estratosférico francés, muchas personas insistieron en que se trataba de una nave tripulada por habitantes de la isla Friendship.
Nace Friendship
Pero el “enigma” realmente comenzó en 1984, cuando el radioaficionado Octavio Ortiz escuchó un extraño SOS procedente de un barco al sur de Chile. El capitán del barco llamado Mytilus II había sido quien envió estos mensajes, refiriéndose a un misterioso objeto en el cielo que había estado siguiendo, o tal vez, que le seguía. El Mytilus II estaba realizando una investigación para el Departamento de Oceanografía (DOCE) de la Universidad de Concepción, una universidad privada tradicional chilena, cuando los tripulantes vieron un extraño objeto muy brillante en el cielo cerca del Faro Mitague. Según los mensajes interceptados por Ortiz, este extraño objeto poco a poco comenzó a descender y a moverse directamente hacia el barco.
Lo que siguió fue una serie de típicos sucesos de la ufología; mal funcionamiento en los equipos electrónicos del barco, además de los extraños efectos físicos como pérdida repentina de cabello a todos los miembros de la tripulación. Pero lo más extraño de todo fue el hecho de que el misterioso objeto fue el inicio de una comunicación directa entre Ortiz y su familia y una organización conocida como los “Friendship”, quienes eran los ocupantes del OVNI visto en todo Chile en esos momentos. El capitán del Mytilus II no fue el único testigo de este sorprendente evento. Los tripulantes de otro barco con destino al cercano faro también fueron testigos de estos sucesos, además de informar de “extrañas ráfagas” de radio.
Contactando con lo desconocido
Alberto, el capitán del Mytilus II, explicó a Octavio Ortiz que meses antes conoció a Ernesto de la Fuente, quien le presentó a unos estadounidenses. Estos le prometieron aliviar sus problemas económicos si les ayudaba con la importación ilícita de ciertos productos a una isla. Este grupo se decía llamar los “Friendship” e instalaron en su barco extraños equipos.
El capitán del Mytilus II dijo que los miembros de esta organización eran altos, como si fueran de países nórdicos, y aunque parecían tener cierto desconocimiento sobre acontecimientos culturales y globales en el mundo, mostraban gran dominio de las ciencias. Con el tiempo, Alberto contactó con Octavio Ortiz, con quien tenía largas charlas mediante la señas de radio. Incluso en estas conversaciones se sumó un misterioso personaje llamado Ariel, que se identificó como miembro de los “Friendship” y refiriéndose a sí mismo como uno de los “ángeles del Señor” procedente de otro mundo. Este ser llamado Ariel le explicó a Octavio que todas las personas de Friendship eran expertas en diferentes materias y tenían la facultad de conocer los pensamientos de las personas que hablan y predecir eventos que estaban por ocurrir.
Es más, Ariel detectó una enfermedad a Octavio, por lo que se ofreció a llevarlo a su isla para curarlo. Sorprendentemente, Ortiz no se atrevió, y perdió una oportunidad única para ponerse en contacto con seres extraterrestres de aspecto angelical. Después, la esposa de Octavio comenzó a participar en las conversaciones a través de la emisora de radio, con la intención de aprender más acerca de los “Friendship”. Los asombrosos acontecimientos culminarían en la aparición física de un gran objeto no identificado en el cielo, visible desde la casa de Octavio, y acompañada de extraños mensajes enviados por “Ariel” a través de la emisora.