Las visitas se hacían cada vez mayores, era como si ellos se dieron cuenta de que podía sentir su presencia y en ocasiones verlos pero nunca me hablaron; a inicios de todo se presentaban en horas de la madrugada y media noche, se sentaban a un costado de la cama, se paraban en la puerta o simplemente en sueños, me daba cuenta que estaban ahí porque abrían la puerta o hacían que se cayera algo para yo despertar sobresaltada. Por alguna razón fui perdiendo el miedo y familiarizándome con sus visitas.
Algunas venían en reiteradas ocasiones otras solo estaban de paso, tal vez con el fin de sentirse vivos porque alguien como yo los miraba sin sentir un temor alguno, no siempre están ahí para asustar, solo me imagino que no quieren abandonar este lugar por algún asunto pendiente tal vez. Y porque vienen a mí, aún no me lo explico. Solo despierto, y los observo, tratando de adivinar cual el la razón por la que vinieron.
A inicios de todo esto, había una en especial que se me presentaba, primero en sueños; la veía entrar a mi cuarto por un lado de la pared donde aparecía una puerta, me apretaba el cuerpo sin dejar que respirara, esto me causaba un horror inimaginable al cual la respuesta era un despertar con el sobresalto que fácilmente muchos de los que leen este articulo habrán experimentado alguna vez. Siempre lo tome como una fea pesadilla.
Siempre era la misma situación, el mismo sueño, con una diferencia, en cada situación la sombra atacaba menos, se sentaba al pie de la cama, me observaba, pero no podía distinguir el rostro, que cada vez me empeñaba en mirar y ella volteaba para esconderse. Yo en ese entonces tenía una cruz en la pared, arriba de mi cama, papá me dijo que probablemente la sombra venía por esa cruz, buscando el perdón por algún mal que ella haya ocasionado, por eso también su primera acción fue echarse y provocar la asfixia.
Me refiero a la sombra como ella porque pasado los meses, decidió por fin darme la cara, estaba yo durmiendo, cuando un sonido hizo que despertara, la puerta emitió un chirrido, alguien entraba al cuarto, pensé que era mi hermana que por cierto estaba acostumbrada a entrar sin tocar; no sentí paso alguno, cerré los ojos para hacerme la dormida, la televisión se prendió y así estuvo durante un largo tiempo, yo me preguntaba porque mi hermana la había prendido. Gire para ver lo que en realidad pasaba y sin poder contener el aliento la sombra que tantas veces me miraba en sueños estaba sentada al pie de mi cama, no cabía en mi asombro, trataba de gritar pero ningún sonido salió de mi garganta, cerré los ojos pensando que simplemente era uno de esos tantos sueños, los volví a abrir pero ella seguía ahí, observándome. Mi instinto hizo que tratara de calmarme, pero una fuerza impedía que yo me moviera solo agradecía que no se haya lanzado hacia mí como lo hacía en sueños anteriores, por fin vi sus manos llevárselas hacia su rostro, no quise ver temerosa de que descubriera algo realmente espantoso, pero la curiosidad era más fuerte, al verla descubrí el rostro de una mujer; la luz que proyectaba el poste de afuera hacia mi cuarto, mi poca visión y un poco de esfuerzo hizo que notara la cara de una joven, era como ver el retrato pintado en un cuadro, no veía en ella ni tristeza, ni alegría solo levantaba la mirada hacía la cruz de la pared.
Poco a poco fui recobrando la calma, esperaba preguntarle algo, a decir verdad la impresión aún dificultaba el habla, de pronto de levanto y se fue por la misma pared por la que la había visto entrar hace días atrás. Desde ese momento supuse que mis días y noches no volverían a ser las mismas, retire la cruz de mi habitación para ya no experimentar estos momentos pero creo que me equivoque.
Como lo mencione anteriormente, fui acostumbrándome a su presencia, por tratarse de almas incomprendidas que solo buscan, tal vez, la sensación de no sentirse olvidadas con el solo hecho de que alguien las observe sin temor. Aun espero hablarles pero espero el día que ellas lo hagan primero conmigo, aunque mamá siempre dice que a las almas no se les entiende nada cuando hablan, también dice que el metal conocida como plata, y si se les arrojada hacia ellos hará que nos podamos comunicar, lo admito nunca hice el intento, algunas veces es mejor respetar el silencio que ellas me brindan.