Es impresionante la conexión psíquica que existe entre los hermanos gemelos. Todos hemos escuchado historias que parecen esconder cierta telepatía entre hermanos gemelos y mellizos.
Hay algunos casos ciertamente interesantes como el de Kate y Virginia Kennedy, gemelas que poseían un lenguaje secreto por el cual se comunicaban desde muy pequeñas. O el caso de Jim Lewis y Jim Springer, quienes, separados al nacer, tuvieron una vida de coincidencias sorprendentes, se divorciaron a la vez y se casaron con mujeres del mismo nombre. Las casualidades suelen ser enemigas de muchos de los misterios, pero cuando los hechos se escapan a la realidad, no podemos ignorarlos.
Con esa expectativa me inicié en la investigación sobre la correlación que podía existir entre hermanos gemelos exactamente iguales físicamente, y su mayor conexión psíquica como consecuencia. ¿Es posible que exista alguien físicamente igual a nosotros, sin tener ningún gen en común?
Y entonces me topé con un fenómeno, el de los Dopplegängers.
La palabra proviene del alemán Doppel (doble) y Gänger (andador), acuñada por Jean Paul y utilizada en sus novelas en (1796).
En sus libros, Jean Paul nos hablaba de un doble que solo podías ver en ciertas circunstancias, como si de un ser fantasmal se tratara, a veces interactuando y otras simplemente haciéndose visible, como tu gemelo malvado. Es habitual encontrarlo en leyendas nórdicas, germánicas o egipcias, y todas tienen algo en común, una señal de mal augurio o un presagio de muerte. Personajes históricos como Catalina de Rusia, Abraham Lincoln o Humberto I de Italia contaban que vivieron una serie de encuentros con su doble.
Muchos se han referido a este fenómeno como bilocaciones o desdoblamiento (ser capaz de ver tu propio cuerpo fuera de él). Esto sí tiene una cierta explicación lógica por parte de la ciencia. Una investigación realizada en 2006 demuestra que mediante la estimulación por electrodos de ciertas áreas del cerebro, la persona siente la presencia de alguien idéntico y que imita sus propios movimientos.
Otra explicación es la del “mal de capgras”, un trastorno psicológico en el que el individuo cree estar siendo suplantado por alguien igual a él. Hoy en día la realidad superó a la ficción con los casos verídicos de Dopplegangers.
Probablemente el tema tomó forma cuando se hicieron públicas las fotografías antiguas de dos hombres. Esto no tendría mayor relevancia si no fuese por un parecido sorprendente con los actores Nicholas Cage (antes mostrada) y John Travolta. La noticia se disparó, mucha gente buscó en sus baúles, encontrando toda una colección de fotografías antiguas de parecidos razonables con otros famosos.
Las consecuencias fueron más allá, todos querían encontrar a su propio doble andante.
Y es que las nuevas comunicaciones se han convertido en parte de la vida online, y gracias a ellas, nos permiten hacer estas búsquedas. Como la de Francois Brunelle, que inició su proyecto buscando y fotografiando a dobles en el mundo.
O Niamh Geaney, una chica que empeñada en encontrar a su doble, emprendió el proyecto “Twins Strangers”, una web donde encontraría, unos meses después, a Karen.
“Los minutos antes de conocerla me puse muy nerviosa. ¿Por qué me iba a encontrar con esta extraña que tenía la misma cara que yo?”, contó Niamh en una entrevista a la BBC.
La ciencia nos habla de simples casualidades, o de un fenotipo en común existente que proviene de un mismo origen. Y otros como el físico Jean-Pierre Gardnier lo explica con la teoría de mundos paralelos, multiuniversos o desdoblamiento temporal: “Nosotros como el tiempo también nos desdoblamos”, contó en una entrevista.
En resumen, debemos distinguir entre dopplegänger como término para asignar a ese ser malvado y fantasmagórico idéntico a nosotros que se nos aparece (propio del folclore) y el doble, persona muy parecida a nosotros, con la que no deberíamos tener a priori ninguna coincidencia genética posible. Y es ahí donde la ciencia todavía no puede dar una explicación concreta más allá del azar. Hay que tener en cuenta que a pesar de las múltiples combinaciones genéticas que conllevan a nuestra distinción entre individuos, éstas no dejan de ser limitadas y son susceptibles de repetirse en algún momento.
No sabemos a dónde llegará este fenómeno. La realidad es que muchas personas ya han encontrado a su doble. ¿Y tú? ¿Querrías conocerlo?