Casos de misteriosas personas que aparecieron de la nada

Nuestra historia está llena de extraños relatos sobre personas que han desaparecido misteriosamente de la faz de la tierra sin dejar rastro, pero menos frecuentes son aquellas que hicieron todo lo contrario, aparecer de la nada dejando infinidad de preguntas y convirtiéndose en el tiempo en todo un rompecabezas. A continuación, comentaremos algunas de estas historias, de personas que aparecieron de la nada, tal vez desde otro plano de existencia, y que se han convertido en misterios impenetrables hasta nuestros días. Estas desconcertantes apariciones representan un fenómeno casi tan sorprendente como las extrañas desapariciones. Acompáñanos a un viaje entre misteriosos individuos que aparecieron de la nada.

El caso de “Los niños verdes”

Posiblemente uno de los casos más conocidos ocurrió en algún momento durante el siglo XIII, cuando dos niños aparecieron misteriosamente en el tranquilo pueblo de Woolpit, en el condado inglés de Suffolk. El misterio sin resolver fue conocido como los niños verdes de Woolpit. Supuestamente un día, dos niños pequeños, un niño y una niña, de repente e inexplicablemente aparecieron en un agujero profundo utilizado para capturar lobos. Si ya de por sí esto no fue suficientemente extraño, inmediatamente se hizo evidente que no se trataba de niños normales, ya que tenían la piel teñida de verde, y estaban vestidos con ropa extraña, hechas con una misteriosa tela que nadie reconoció.

Los niños parecían estar saludables, pero un poco aturdidos y confusos, y cuando los aldeanos intentaron comunicarse con ellos descubrieron que hablaban en una lengua extraña, que nadie había oído antes. Sin saber qué hacer con estos enigmáticos niños, los habitantes del pequeño pueblo inglés los llevaron a un rico terrateniente llamado Sir Richard de Calne, quien decidió adoptarlos. Y a partir de ese momento, comenzó el verdadero misterio.

Cuando les ofrecieron comida, los niños de piel verde no querían comer nada, a pesar de tener bastante hambre. Pero cuando les dieron granos todavía en sus vainas, los devoraron vorazmente. Durante varios meses, este fue el único alimento que los niños comían, hasta que poco a poco comenzaron a consumir otras cosas como el pan. Trágicamente, el niño no pudo adaptarse a este nuevo entorno, llegando a enfermar y consumiéndose hasta que murió. La niña, por el contrario, parecía adaptarse razonablemente bien al nuevo mundo, su palidez verde poco a poco desaparecía, e incluso aprendió a hablar el idioma inglés.

Cuando ella fue capaz de expresarse correctamente, explicó que ella y su hermano vinieron de una tierra lejana situada bajo tierra, donde el Sol nunca brillaba, donde siempre estaban a oscuras, y donde todas las personas tenían la piel verde. Un lugar fantástico llamado St. Martin. Cuando el terrateniente le preguntó cómo habían llegado a Woolpit, la niña dijo que mientras paseaban por una de las cavernas escucharon un extraño sonido como campanas, procedente de la oscuridad inexplorada. Después vieron un repentino rayo de luz muy brillante atravesando la oscuridad. Los niños siguieron la luz, hasta que salieron de la caverna, y cayeron en la trampa para lobos. La niña tuvo una vida relativamente normal en el pueblo, integrada en la sociedad, e incluso se casó y tuvo hijos.

La historia de los niños verdes de Woolpit pasó a convertirse en un cuento popular. Es difícil saber si esta historia es real o un simple mito. Lo único que se sabe es que en 1965 publicaron una historia similar, aunque los niños verdes fueron encontrados cerca de Banjos, una supuesta localidad de Barcelona en España, en agosto de 1887.

El enigmático caso del soldado Gil Pérez

Otra historia ocurrió en la Ciudad de México el 26 de octubre de 1593, donde un soldado apareció de la nada después de haber recorrido grandes distancias. Ese día en cuestión, los guardias que se encontraban en la Plaza Mayor de la Ciudad de México vieron un hombre aturdido caminando y vistiendo el uniforme militar de Filipinas. Además de que se encontraba muy lejos de Filipinas, nadie podía imaginar cómo esa persona había podido penetrar la fuerte seguridad de la zona, por lo que los guardias rápidamente detuvieron al sospechoso. Cuando fue interrogado, afirmó que su nombre era Gil Pérez, un soldado y guardia del gobernador general en Manila, Filipinas, y que el 23 de octubre de 1593 estaba en alerta máxima tras el asesinato del gobernador Don Gómez Pérez das Mariñas.

Según su versión, en un momento dado se sintió agotado y se apoyó contra una pared, cerró los ojos por un momento, pero cuando los volvió a abrir se encontraba en un lugar desconocido, rodeado de nuevas vistas y olores. Desorientado, Pérez se dio cuenta que los guardias que tenía a su alrededor no vestían los mismos uniformes. Tal como era de esperar, los guardias mexicanos no creyeron ni una palabra de esa increíble historia, y encarcelaron a Pérez y lo acusaron de ser un “siervo del diablo”. Pérez estuvo en la cárcel durante meses, hasta que llegó un barco procedente de Filipinas junto con noticias del asesinato del gobernador de Manila. Es más, hubo un testigo que corroboró la historia de Pérez y de hecho lo vio el 23 de octubre.

Teniendo en cuenta que había estado detenido desde el 26 de octubre y que las noticias sobre el asesinato del gobernador no llegaron a México meses después, las autoridades mexicanas no tuvieron más remedio que creer la versión de Pérez.

 

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