Casi todo el mundo ha oído hablar del karma. La mayoría de las personas piensan que el karma es el destino, o algo estrechamente ligado a él. Creen que es una especie de moneda invisible. Si haces lo correcto, las cosas buenas volverán a ti como recompensa. Si haces algo incorrecto, las cosas malas volverán a ti como castigo. Incluso hay otros que van más allá, y aseguran que es una especie de justicia divina. Pero nada de esto es el karma. Hay un malentendido generalizado sobre lo que realmente es el karma.
Qué es el karma
Una explicación simple y clara es que la palabra “karma” significa “acción”, no “destino”. En el budismo, el karma es una energía creada por la acción deliberada, a través de pensamientos, palabras y hechos. Todos estamos creando karma cada minuto, y el karma que creamos nos afecta cada instante. Es común pensar en “tu karma” como algo que hiciste en tu última vida y que afecta en esta vida, pero esto no es la comprensión budista. El karma es una acción, no un resultado. El futuro no está escrito, puedes cambiar el curso de tu vida ahora mismo cambiando tus actos voluntarios (intencionales) y patrones autodestructivos.
El karma no significa literalmente que si haces algo bueno, entonces las cosas buenas volverán a ti, como si fuera algún sistema invisible que vincula a las personas malas con el castigo y las buenas con las recompensas; la realidad es que significa “hacer lo correcto” en cualquier situación, para que los que están en nuestro alrededor se condicionen de la paz y la felicidad en un sentido muy real y concreto. Del mismo modo, las acciones negativas podrían llegar a condicionarte, así como los que te rodean. Sabiendo esto, podemos ver por qué el karma podría ser fácilmente malinterpretado.
Una visión errónea del karma
Por este motivo, el karma es el origen de muchos debates. Algunos expertos en la materia creen que nuestras percepciones erróneas acerca de lo que nos traerá paz y la felicidad afectan todo lo que hacemos. Si pensamos que necesitamos “cosas externas” más allá de nosotros mismos con el fin de ser feliz, entonces estamos equivocados.
Los defensores de esta idea dicen que esta falsa visión se debe a que deseamos transformar el karma en una especie de “cajero automático” basado en el comportamiento ético y espiritual. Pero si llegamos a entender que todo lo que realmente necesitamos para vivir y descubrir nuestra verdadera naturaleza es encontrar la paz y la alegría, entonces podremos desprendernos de esta “falsa visión”.
Pero dejando de lado las teorías y creencia de cada uno, la realidad es que el karma es simplemente una energía. Es nuestros propios pensamientos y acciones intencionales. Es la energía que generamos con estas acciones que nos afectan ahora y en el futuro en un sentido muy real. No es un sistema de recompensa y castigo que nos condena en base a errores pasados. El karma es imparcial y no nos controla ni nos juzga.
Cuidados kármicos
Dicho esto, debemos pensar en el karma como una energía que se está creando en cada momento. Cada acción intencional y pensamiento genera energía “kármica”, y esta energía es sentida por nosotros cada minuto de cada día. No debemos verlo o pensar en él como una recompensa o castigo para el futuro. Pero también es importante saber que, si hacemos lo incorrecto, condicionamos la mente por la ira, el descontento, la insatisfacción o la frustración. Y al hacer lo correcto, condicionas la mente mediante la paz, alegría o la armonía. Estas cualidades, denominadas típicamente “formaciones mentales” en el budismo, son como las flores y las semillas que brotan. Cuando nacemos, la ira, el descontento, la insatisfacción, la paz, la alegría, la armonía, así como docenas de otras formaciones mentales, nacen en nosotros. Estas formaciones mentales como emociones, sentimientos y cualidades futuras son consideradas como semillas.
Ahora, imagínate que estas semillas están en el jardín de tu mente, tu consciencia, siendo constantemente regadas o descuidadas en base a tus pensamientos y acciones intencionales. Dependiendo de lo que pensemos, digamos o hagamos las semillas serán regadas con “agua mala o buena”. Eventualmente en estas semillas crecen brotes. Y cada vez que riegas uno de estos brotes florecerá en una flor, una poderosa fuerza positiva o negativa en tu vida. Pero también funciona de manera opuesta. Si te descuidas o no quieres regar el jardín, entonces la flor se marchitará. Y mientras no riegues el brote no crecerá.
Si logramos comprender todo esto, podremos observar que la energía kármica que ha condicionado nuestras mentes a lo largo de los años cambiará junto con nuestra forma de actuar y reaccionar en nuestra vida cotidiana. Así que, con el fin de utilizar el karma como una fuerza para nuestro propio desarrollo personal y espiritual, solo tenemos que hacer brillar la luz de nuestras vidas con el fin de identificar la energía kármica y así “curar” cualquier elemento negativo que nos siga desde nuestro pasado más distante.
En otras palabras, la energía kármica que nos puede afectar negativamente puede ser debido a la falsa visión, límites en las creencias y emociones negativas profundamente arraigas en nuestro ser. Cualquier fuerza negativa que estás creando a través de tu actividad intencional está creando energía kármica negativa y necesita ser corregida para encontrar paz y felicidad.
Vidas pasadas y karma
Son muchos los que creen que hay una estrecha relación entre la reencarnación y la Ley del Karma. Esta teoría nos dice que nuestra actual vida ha sido creada por una vida pasada. Entonces, tú estás aquí para equilibrar este karma. Esto significa que podrías estar cometiendo los mismos errores una y otra vez.
Los efectos de la vida pasada kármica se sienten debido a los recuerdos del alma. Como hemos comentado anteriormente, tus experiencias de la vida hasta el momento han sido predeterminadas en su mayoría por tus vidas pasadas. De hecho, lo que no completes en esta vida se transfiere a la próxima experiencia de vida, hasta que logres equilibrarlo o liberarlo.
Si hiciste una elección negativa en una vida pasada, volverá a aparecer una y otra vez en tu vida actual. Si te encuentras ante una situación desagradable podría tener consecuencias kármicas en la vida siguiente, y así consecutivamente. Pero el karma de vidas pasadas también tiene su parte positiva. Tu vida pasada kármica reconoce el papel que cada persona juega en tu vida. Ellos están aquí para enseñarte algo importante que te ayudará a entender y superar tu karma. Además, tú podrías estar desempeñando un papel importante en sus vidas ayudándoles a comprender mejor quiénes son y su objeto en la vida.